Escrito para el Diplomado de Periodismo Cultural de la U de Chile (Noviembre 2019)
"El Ojo" es parte de los siete relatos contenidos en el libro La Ola de Liliana Colanzi (1981), publicado en 2014 por la editorial Montacerdos.
La historia nos presenta a una joven universitaria extremadamente tímida con una visión sobredramatizada de la vida. Se automutila tras enfrentar situaciones de estrés o angustia y, por lo que se da entender, padece además un desorden alimenticio.
Tanto su personalidad como sus problemas de salud mental tienen su origen en la crianza de una madre hipercontroladora y fanática religiosa. Debido a que es un relato muy corto no es posible observar un desarrollo completo de los personajes, pero a través de detalles o escenas muy gráficas la autora consigue ilustrarlos.
Es importante destacar el hecho de que la protagonista no tiene nombre, es simplemente “la chica”. No es un detalle menor pues sirve para mostrar su no identidad, su no autonomía: “Por entonces la madre había comenzado a olisquear la ropa interior de la chica” (p.42).
Colanzi construye a través del lenguaje una atmósfera ahogada e incómoda para el lector, muy efectiva para transmitir y conectar con “la chica”. El relato es impulsado por el hecho de que ella lleva una marca que la distingue del resto, no está claro de que qué es, pero se vislumbra una connotación religiosa, probablemente relacionada con Dios o el Diablo: “No te olvides nunca de que llevas su marca en la frente. Él conoce tu nombre y escucha tu llamado” (p.40).
La historia puede interpretarse de manera doble. Por un lado, la vida de una joven que estudia, que tiene problemas para socializar y una madre que no le permite desarrollarse. Problemas dentro de la norma, pero que sirven para visibilizar enfermedades mentales y reflexionar sobre ellas. Al mismo tiempo, se puede leer con una connotación sobrenatural debido al significado y la forma de entender la vida que tiene la protagonista. En ese sentido, llama la atención que la autora escogiera utilizar la tercera persona en lugar de la primera, pero de todas formas funciona, podemos ver el mundo desde los ojos de “la chica”.
Sin embargo, ni el personaje ni la historia es son originales. De inmediato salta a la luz su enorme parecido, casi calcado con el personaje Carrie de Stephen King, libro que fue adaptado a una película de terror por primera vez en 1976. Su popularidad es tal que se han hecho tres remakes a la fecha.
Por otro lado, el hecho de que la liberación de la protagonista sea a través de la sexualidad es una trama repetida hasta el cansancio y que además le quita poder a ella como mujer sobre todo por el contexto de este encuentro y el personaje con quien lo experimenta.
Hay efectivamente una intencionalidad de la escritora de hacer de este encuentro uno grotesco: “La chica empezó a chupar, a ahogarse con los pelos de él, que la sostenía por la nuca y los cabellos sin delicadeza alguna” (p.46), pero no suma a la historia más que seguir enfatizando el ambiente ahogado persistente en el relato.
“El Ojo” es un cuento bien narrado con una preocupación importante y efectiva por el lenguaje. Logra trasmitir la visión de vida de la protagonista a pesar de estar narrada en tercera persona. Sin embargo, es una historia cuyas temáticas se han repetido infinitamente en la literatura y en el cine y la autora no fue capaz de entregar , en esta ocasión una perspectiva nueva.
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